Esta semana la hemos comenzado con el corazón tocado por las emociones de la despedida de Manu. Manuel Iglesias, sacerdote, Vicario parroquial de la Basílica de la Asunción, Vicepresidente del Patronato de la Fundación Basílica de Colmenar Viejo, amigo de la Residencia Ntra. Sra. de la Soledad y del Carmen, de los mayores en general y de los de esta casa en particular, marcha a un nuevo destino.
Con sus palabras y su día a día, Manu ha acompañado los momentos de gozo, de dolor, de turbulencias... de tantas y tantas personas, invitando siempre a ponernos en presencia del Señor para contemplar los misterios de la vida, dando testimonio de la misericordia y el amor infinitos de Dios para cada persona.
Su apretada agenda (¡cuántas veces ha pasado por eso de “salir de una reunión antes de terminar para llegar tarde a la siguiente”...!) siempre ha tenido un hueco para el encuentro y la acogida de los corazones desgarrados. En la Residencia, celebrando la eucaristía, escuchando a quien ha querido acercarse a él, bromeando con los residentes, saludando en el comedor o en la cocina a unos y a otros, compartiendo de mañana un café con las Hermanas, acompañando a los trabajadores en las cenas de Navidad, haciéndose presente en los encuentros de la Fundación y orientando desde su papel la gestión de la misma... en todo ha transmitido el valor de la vida, el respeto por la misma, la emoción de vivirla con sentido, entregada al servicio y al cuidado de los demás, especialmente de los más débiles.
El Obispo le encomienda ahora un nuevo destino en Madrid, en la Parroquia de San Bruno. Aquí deja la huella de catorce años de presencia, marcados por la sencillez, el servicio, la disponibilidad, la escucha,...
Que el Señor le colme de bendiciones, el Espíritu le sostenga y la comunidad le acoja y le acompañe.
¡Gracias, Manu!