Carlos vino en marzo de 2004 para estar aquí mes y medio. "Que me quedo", dijo poco después.

Pocos como él han hecho de esta Residencia una casa, su casa. Carlos acompañó las despedidas de quienes le recibieron (la Hna. Socorro, la Hna. Sole...), vivió de cerca las obras de transformación de la Residencia y fue durante mucho tiempo la

Soy Chema, el nieto de Tomasa Espinosa, Román Jiménez y María Francisca Esquinas, residentes en su residencia de ancianos. Aunque mi abuela Tomasa falleció en 2013 y mi abuelo Román falleció hace ya más de tres meses, quería agradecerles todo lo que han hecho por ellos. En estos meses he estado reuniendo fuerzas para poder escribirles este correo, y como creo que nunca es tarde

Paz y Bien.
Me contaba, ya retirado unos cuantos años de médico, cuando aún sonaba el teléfono se sobresaltaba: < ¿será otro aviso? Atender un parto. Tal vez empeoró un paciente. Acaso un accidente… ¡Doctor, necesito su presencia: se muere! Podría ocurrir un penoso evento a cualquier hora del día, de la noche, de la semana. Fuese domingo o fiesta >.

Querido amigo:

Esta carta es solo para dejar constancia escrita del testimonio de enorme gratitud que nosotros, los seis hijos de M. Luisa García Sánchez albergamos hacia esa institución, su Director y la totalidad del personal que ha atendido amorosamente a nuestra madre  en sus últimos cinco años y medio de vida.