Sin duda, Carmen no tiene un significado cualquiera. Hablamos de bellos lugares, de advocaciones, de literatura, de poesía, de música y de cine. Pero Carmen es eso y mucho más, en nuestro caso y memoria, nombre inagotable llamado a dar las mejores flores en los Cármenes del mundo.
Carmen, flor vasca, ¡Jardín de Dios! Flor fresca en las misiones de África, flor madura en el Calvario de Jerusalén, flor sabia en su vuelta a la vieja España, flor perenne, desde ahora, en tierras de leyenda y de grandes santos: Burgos.
Siempre de blanco, siempre sirviendo y siempre amando. ¡Carmen! Gran señora y mejor religiosa. “Historia de una monja”, sí, de una flor que descansa en el Jardín de Dios.
Ignacio Luis de Orduña Puebla
Admirador de su Jardín
La Hna. Carmen Guerricagoitia Urionagüena, Misionera Hija del Calvario, nació el 26 de enero de 1926 en Bolívar (Vizcaya), la más pequeña tras siete hermanos varones.
Ingresó en el Noviciado de las Misioneras Hijas del Calvario en Burgos el 15 de agosto de 1950. Después de hacer los votos y de prepararse para la vida misionera, fue enviada en 1959 a África, a Rhodesia, hoy Zimbabwe, en las Misiones de Santa María, Secreheart, Cana y otras, trabajando en pastoral y en las escuelas enseñando a las niñas catequesis, costura, cocina, cuidado de la casa, de los hijos, etc.
Dieciocho años después, en 1977, regresó a España para su nuevo destino: el Sanatorio Antituberculoso de “Fuente Bermeja”, en Burgos. En 1979 salió para ir a Jerusalén, para trabajar en un Dispensario y en el Colegio Español Ntra. Sra. del Pilar. Veintiún años estuvo allí entregada al trabajo con niñas árabes en situación de pobreza. En 2000 regresó, estando en Burgos.
En 2005 fue destinada a la comunidad presente en la Residencia Ntra. Sra. de la Soledad y del Carmen, en Colmenar Viejo, de donde salió, tras nueve años compartiendo su vida con las hermanas, con los residentes y el personal, en diciembre de 2014, para regresar a Burgos, donde la congregación tiene una comunidad de hermanas mayores y donde la Hna. Carmen quería morir.
El 25 de enero de 2015, un día antes de su 89 cumpleaños, la llamó el Señor a la Casa del Padre y Jesús, a quien tanto quería, le habrá recibido con los brazos abiertos… “Ven, Bendita de mi Padre, porque tuve hambre, tuve sed, estuve enfermo… y me socorriste”
Hna. Mª Teresa Iturriaga