Ignacio de Orduña, sacerdote, Párroco de la Basílica de la Asunción de Ntra. Sra. y Presidente del Patronato de la Fundación Basílica de Colmenar Viejo, se despidió el pasado domingo 2 de octubre en una cálida celebración al aire libre que desde la Residencia y la Fundación acompañamos con gusto, junto con la comunidad parroquial y numerosos sacerdotes, familiares y amigos.
En la Ermita de Ntra. Sra. de los Remedios, lugar escogido para este acto, Iñaqui ha compartido también muchos encuentros con residentes, religiosas, personal y voluntariado de esta casa que ha presidido durante nueve años. La excursión anual de la Residencia ha brindado entrañables momentos de cercanía en los que ha compartido la sonrisa y la palabra, esa con la que tantos versos ha compuesto y nos ha brindado como un regalo en sus cartas, homilías y momentos celebrativos.
Iñaqui, persona fiel a su vocación y a la Iglesia, ha acompañado el paso de esta Fundación que "le vino en el lote" junto con el cargo de Párroco, buscando siempre que su servicio y el de todos nosotros dignifique a la misma por el buen hacer. La primera misa del día, en la mañana; el primer café con las Hermanas; la sobremesa al mediodía; las reuniones mensuales; los momentos festivos a lo largo del año... muchas han sido las oportunidades de compartir el caminar de esta institución por la que corre tanta vida.
Párroco, peregrino, pastor de gentes, poeta, presidente... a partir de ahora se entrega a un nuevo destino como párroco en San Rafael Arcángel de Madrid. A Iñaqui y a Javier –Vicepresidente de la Fundación, que ha compartido despedida este fin de semana al tener también nuevo destino como Vicario Parroquial en la parroquia de San Miguel de Fuencarral- les agradecemos su paso por esta casa, que seguirá siendo la suya. ¡Qué bien despedirse como "sacerdote y amigo"! Que no les falte el calor, la acogida y la oración en sus nuevas comunidades.