En el día a día de una “gran casa” como ésta, nos encontramos con la necesidad de atender personas que, por su situación de enfermedad, han perdido su capacidad de control, existiendo riesgo de lesión para ellos mismos (caídas, golpes,…) o terceros (accidentes, agresiones,…), o desarrollando conductas alteradas o conflictivas para la convivencia.
En nuestra cultura asistencial, una indicación frecuente para la atención de estas situaciones es el uso de sujeciones: cinturones, chalecos, barandillas,… pero también fármacos como antipsicóticos, sedantes,…