Marta de la Morena y Francisco Ullé han sido dos personas muy vinculadas a la Residencia Ntra. Sra. de la Soledad y del Carmen, “amigas de la casa”, colaboradoras de largo recorrido, en particular con las Religiosas Misioneras Hijas del Calvario, “las monjas” con las que tantos ratos han compartido, especialmente en los difíciles tiempos de inicio del “asilo” en la calle de la Soledad.
La relación de la Residencia con Marta se ha estrechado en los últimos dos años, cuando hizo presencia en ella la enfermedad y el pronóstico aconsejaba cuidados permanentes; eligió seguir en su casa hasta el último momento, pero con compañía permanente y la atención que precisaba .

Es tanto lo que pienso y lo que siento que no soy capaz de avanzar más allá de la cuarta línea. Este es el quinto comienzo, tras la lucha entre razón y corazón por imponer sus coordenadas.