Sin duda, Carmen no tiene un significado cualquiera. Hablamos de bellos lugares, de advocaciones, de literatura, de poesía, de música y de cine. Pero Carmen es eso y mucho más, en nuestro caso y memoria, nombre inagotable llamado a dar las mejores flores en los Cármenes del mundo.
Carmen, flor vasca, ¡Jardín de Dios! Flor fresca en las misiones de África, flor madura en el Calvario de Jerusalén, flor sabia en su vuelta a la vieja España, flor perenne, desde ahora, en tierras de leyenda y de grandes santos: Burgos.
Siempre de blanco, siempre sirviendo y siempre amando. ¡Carmen! Gran señora y mejor religiosa. “Historia de una monja”, sí, de una flor que descansa en el Jardín de Dios.
Ignacio Luis de Orduña Puebla
Admirador de su Jardín